sábado, 16 de abril de 2011

pre M O D E R N I S M O .




Veamos. Una imágen románticamente espontánea, un cigarrillo que ya no sirve, y que cae al suelo. Natural y real; el humano interviene. Es una impresión clara de una imágen real. No necesáriamente puede tener un discurso, es bella y por ello fue retratada. Sin embargo algo nos dice. No puede dejar de provocarnos algo, no puede dejar de decirno cómo somos capaces de intervenir negativamente un espacio natural, que si no fuese por un innecesáreo y cuasiridículo vicio humano, no existiría, o a menos no debería estar allí tirada.
Está bien, si tiene un discurso. Tal vez más de uno. En realidad no deja de comunicarnos, desde que creimos no decía nada, con esa sola concepción, supimos que esa era la forma en que quería hablarnos la imágen. Hay una sociedad que la provoca y un motivo específico de quién pasó por ese lugar. No enteramos que aquel individuo no observó la belleza que podemos ver en la naturaleza, y es capaz sin escrúpulos de soltar un cigarrillo donde sólo debería haber vida.
Premoderno. Entre la naturaleza y lo humanamente intervenido. Entre lo racional y lo instintivo. Premoderno.





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